martes, 19 de febrero de 2013

Camino de Santiago. Etapa 1: Roncesvalles - Larrasoaña

27 mayo 2004.-
En Wikiloc: pulsar aquí.


He vuelto a despertarme a la hora habitual. La verdad es que no ha habido demasiados ronquidos o, quizá, como tuve la precaución de dormir con tapones de silicona, no los he oído.
A las 5,20 me he lavado como los gatos y recogido los bártulos. A las 5,55, junto a los bilbaínos Raquel y Fernando, he salido a caminar. Un simpático perro, sediento de cariño, ha caminado a nuestro lado cerca de un kilómetro. Siendo la senda estrecha y el perro muy cariñoso, se metía entre las piernas por que una vez ha estado a punto de dar con mis huesos por tierra y otra vez a Raquel. Lamentándolo, hemos tenido que tirar una piedra cerca de él (con cuidado para no tocarle) para que dejara de seguirnos. Me ha dado mucha pena, pues se dejaba querer.



La jornada ha sido preciosa. Hemos caminado hasta Viscarret donde, sobre las 8 de la mañana, en el bar San Juan una señora, seria como ella sola, nos ha atendido. Había dos ciclistas tomando un vaso de leche. Yo iba con la idea de mi café habitual pero, a la vista de la leche, no he podido resistirme y me he pedido otro vaso que me ha sabido a gloria.



Tras la bajada a Zubiri hemos vuelto a encontrar otras subidas que han acabado de quebrarnos. ¡Tantas subidas y bajadas con tantísimas piedras sueltas y raíces a flor de tierra han estado de dar conmigo por los suelos por tres veces!



En esta etapa, la primera, hemos encontrado dos monumentos recordatorios a peregrinos fallecidos en el intento. Uno de ellos dedicado a un japonés; el otro, innominado. He pensado para mis adentros, que vaya ánimos supone encontrarse esto en la primera.



Llegué al albergue, en Larrasoaña, a las 11,55 tras haber caminado, exactamente, 6 horas.
Santiago Zubiri, el hospitalero, estaba a la puerta. Simpático y agradable, nos ha hecho esperar hasta la 1, pues el albergue estaba recién fregado y tenía que secarse.
La ducha me ha dejado nuevo. He comido en el bar del pueblo el menú del peregrino por 10 euros.


El albergue se ha llenado. Estamos unos 30 y me pregunto ¿dónde están los otros 30 de ayer en Roncesvalles?. Casi todos son extranjeros: muchos franceses, tres canadienses, alemanes y algunos españoles.
Cuando llegamos, Raquel y Fernando se despidieron, pues quieren continuar hasta Arre. Creo que llevan una marcha excesiva, sobre todo por Raquel, que no se queja, pero que va muy forzada. Ojalá no tengan que suspender el Camino como ya les ha pasado, al parecer, en otras dos ocasiones.


Por el camino nos ha pasado un asturiano que iba como una bala. Pretendía llegar hasta Cizur (¡48 kilómetros!) y hacer un promedio de 40 a 45 diarios, pues quiere llegar a Santiago en 18 días. Ellos sabrán.
He caminado 6 horas para 27 kilómetros. Según el podómetro, he dado 44.000 pasos.



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