En Wikiloc: pulsar aquí
Organizada por el Club de Senderismo Prisiñas, de
Olivenza, con el peculiar y distintivo estilo que, desde su primera
ruta, caracteriza a este Club. Desde que anunciaron por primera vez la
organización de esta Ruta (a mediados de mayo) fueron “calentando” el ambiente
con algo más que meros avisos: imágenes, postales a través de Facebook, como
una forma de animación a la participación. Algo que ya forma parte del hacer Prisiña.
Realizada durante la tarde-noche del 29 de junio
de 2013. Tarde muy calurosa que fue preludio de la temperatura que tuvimos
durante toda la marcha y que, a pesar de que la oscuridad fue cayendo con
prontitud, el calor de los campos que atravesamos nos acompañó hasta el
regreso, a eso de la 1,15 de la madrugada.
Se había citado a los senderistas en el Hotel
Heredero, a la entrada de Olivenza (llegando desde Badajoz).
La abundancia de Prisiñas permitió que el control de asistentes fuera ágil y
rápido.
Una vez anotada nuestra presencia, pasamos a
la amplia terraza del Hotel, donde ya tenían preparadas las instalaciones para
la cena y fiesta que estaba previsto celebrarse al término de la ruta.
Según comprobé, además de la colaboración de
la Policía
Municipal y del Parque de Bomberos de Olivenza, se
contó también con el equipo de Protección Civil y con un buen
número de senderistas de otro Club local, los Pelinhas (fácilmente
identificables por su camisetas rojas), a los que se agradeció públicamente su
presencia y colaboración.
Poco después de las 20,30 se habían
concentrado más de 600 senderistas en las instalaciones indicadas, dispuestos a
partir. Sabíamos que la ruta deparaba alguna sorpresa en algún punto, pero
excepto los organizadores, el resto no sabíamos en qué consistía.
Salimos por una puerta existente en el patio
del hotel al Camino Huerta Cuerna que, paralelo a la carretera a Badajoz va
en dirección al Arroyo de la Charca y al Polígono Industrial. Al otro lado
del mismo algunas huertas.
Dada la hora de la tarde el sol está a punto
de ponerse, ofreciéndonos un espectáculo precioso.
Enseguida pasamos por el Arroyo
de la Charca, dejando a nuestra izquierda una de las antiguas obras de
paso construidas para ayudar a franquearlo.
Al llegar a la altura del Polígono
Industrial de Olivares se gira a la izquierda. Hay que caminar en
dirección a la Sierra de Doña María para pasar entre ésta y el Cerro
del Caltrapó.
Al girar a la izquierda el sol, ya muy bajo,
queda justo frente a los caminantes.
Las rutas nocturnas tienen el inconveniente
de que prácticamente no es posible hacer foto para ilustrar una ruta, pero
cuentan con el atractivo de poder caminar a la luz de la luna, cuando la hay,
que no era el caso de esta. Bien es cierto que el problema de la ausencia total
de luz natural (aunque fuera la de la luna) quedó paliado por la abundancia de
frontales y otras fuentes de iluminación que llevaban los participantes y que,
a pesar de alargarse mucho el hilo de personas, posibilitó caminar sin ningún
tipo de incidencias.
No obstante, los Prisiñas habían previsto
todo tipo de eventualidades. ¡¡Incluso la abundancia de piedras en el camino en
algunos puntos!!+
Justo cuando hemos dejado la Sierra
de Doña María a nuestra izquierda giramos a la izquierda, para tomar un
camino que nos va a llevar en dirección a San Francisco de Olivenza. Y poco
más allá, al llegar a una hermosa finca rodeada de altos setos, giramos
nuevamente a la izquierda. Con esto comenzaremos la bajada de una cuesta (luego
recuperaremos en subida) que es el único desnivel relevante en toda la ruta y
que no supera en ningún momento el 5%.
Cuando llegamos a la altura de San
Francisco de Olivenza, cuyas luces vemos en todo momento a nuestra
izquierda, volvemos a girar a la derecha para caminar paralelos al Río Olivenza
que, desde luego, no vemos en ningún momento dada la escasez de luz.
Unos dos kilómetros después de haber dejado San
Francisco de Olivenza a nuestras espaldas y al llegar al Arroyo
de los Maestrantos, que NO hay que cruzar, giramos nuevamente a la
derecha. Es una cuesta arriba muy suave que, en un momento, dejará ante
nuestros ojos unas naves industriales ubicadas a la izquierda del camino. Se
trata del Cortijo de Valdecebadal, donde los Prisiñas habían preparado
el espectáculo con el que nos obsequiaron a los participantes y lugar al que,
en su material promocional de la ruta, habían denominado “El Arcano”. Y, desde
luego, se lo habían trabajado a base de bien. Está a 9,5 kilómetros del inicio
de la ruta.
En el cortijo donde se había preparado el
espectáculo también se había previsto el avituallamiento, lo que entretuvo a
muchos de los participantes e hizo que el regreso desde allí a Olivenza se
hiciera en pequeños grupos (nunca una persona sola) para evitar posibles
extravíos por la falta de luz.
La ruta terminó donde había empezado, en el
Hotel Heredero, donde hubo una cena, música y diversión hasta…
Otra muestra del buen hacer de este Club que
es mucho más que solo un club senderista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario