sábado, 8 de febrero de 2014

Canto Cochino – El Tolmo – Cuatro Damas – El Yelmo


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Realizada el 7 de mayo de 2012, mañana agradable, fresca y bastante nublada.
Aunque por la distancia recorrida y el desnivel la dificultad de la ruta sería media-baja, yo la pongo como MODERADA por la laboriosa ascensión hasta el vértice geodésico del Yelmo que exige adentrarse por la estrecha brecha entre canchales que debe utilizarse para ello, no exenta de dificultad.
Al ser lunes y no festivo, tuvimos la suerte de hacer el recorrido con mucha tranquilidad, sin cruzarnos apenas con gente.
Para empezar esta ruta circular dejamos el coche en el aparcamiento de Canto Cochino, en la Pedriza.

Seguimos el curso del Arroyo de la Majadilla, paralelos al mismo por su margen derecha.


Yo no conocía la Pedriza y la verdad es que los primeros cientos de metros de recorrido hacen que me encante todo lo que veo.



Pasado el Collado del Cabrón y a la altura del Elefante giramos a la derecha para dirigirnos a la Fuente de Pedro Acuña y al Refugio Giner.

Seguimos el Gr 10 hasta llegar a El Tolmo siguiendo el curso del Arroyo de la Dehesilla. El Tolmo es una enorme bola que, hace miles de años, se desgajó del risco de El Pájaro, al que pertenecía. Al ser de enormes dimensiones rodó hasta la pradera donde se encuentra. Actualmente es utilizado para hacer prácticas de escalada.

Desde allí continuamos hasta el Collado de la Dehesilla, donde dejamos el GR 10.

Desde el Collado de la Dehesilla seguimos el PR 1 hasta El Acebo, donde nos detenemos a contemplar las Cuatro Damas.




Y desde el mismo lugar, una visión espléndida del Embalse de los Palancares y de Miraflores de la Sierra.

Desde este punto, pasando junto a El Acebo, tomamos la senda del Yelmo, a cuya base llegamos sin dificultad. Buscamos el acceso a la chimenea por la que se puede subir a esta mole granítica y, tras localizarla, concluimos que será imposible pasar con las mochilas, por lo que decidimos dejarlas al pie de la brecha y adentrarnos en la misma sin ese obstáculo.
En algunos momentos hay que ayudarse de la espalda para poder ascender.


Superado el primer tramo, en el que hay que ascender, la brecha se estrecha un tanto, pero nos resulta más fácil avanzar.

Desde lo alto del Yelmo las vistas son magníficas, espectaculares.



Al bajar nos encontramos con unos chicos de la Facultad de Ciencias del Deportes, con su profesor, practicando ejercicios de escalada, con sus cuerdas, arneses, cascos… Nosotros lo hemos hecho todo “a pelo”.

Ya una vez abajo del todo, al pie del Yelmo por su cara sur, en el lugar donde íbamos a comer, vimos que unos chicos estaban haciendo una ascensión por dicha cara. Para hacerse una idea de las dimensiones del Yelmo ahí van esas dos fotos donde, en sendos círculos rojos, enmarco a los escaladores.

Pudimos comer al pie del Yelmo, resguardados del viento frío en unas peñas, tras lo cual iniciamos el regreso pasando junto al Collado de la Encina y por la Pradera de las Cerradillas, por donde nos deleitamos viendo varios ejemplares de la Cabra Montesa o Íbice Ibérico (Capra Pyrenaica), extinguida en 1.989 en la sierra de Guadarrama (Comunidad de Madrid), por lo que en 1.990 se reintrodujeron 67 ejemplares procedentes de Las Batucas (Salamanca) que actualmente han sobrepasado la población de 3.000 ejemplares y están siendo objeto de un plan de captura y traslado para evitar el sobrepastoreo.


Desde las Cerradillas todo es pura bajada, que hacemos con prudencia, deleitándonos antes y durante el descenso tanto con las vistas como con la preciosa flora del entorno.




1 comentario:

  1. Hola! He tenido la oportunidad de vivir en Madrid unos años, y era una de mis rutas preferidas. Recomiendo también la que denominan el Laberinto, en la misma pedriza, saliendo desde canto cochino y siguiendo el mismo camino hasta el Yelmo, donde se gira a izquierda. Un saludo!

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